Y, en esa posición vanguardista que lo ha caracterizado siempre, el autor prepara para esa noche un show al mejor estilo stand up comedy e introducira al público, con humor inteligente, a ese compendio de genialidad que le da forma al que él considera es el mejor libro que ha escrito hasta ahora.
Ese homenaje al músico y actor cubano Kiko Mendive, musa y amigo de Ibsen Martínez desde la época en la que trabajaron juntos en RCTV, pasará de la tinta en el papel a los acordes de una banda que interptretará la canción que el recordado “Casanova 90” nunca pudo grabar.
Es que Simpatía por King Kong (Planeta,2013), inspirada libremente en la vida del sonero cubano, atraviesa la Cuba de los años cuarenta, el México del gran cine y la Venezuela contemporánea. Con tales elementos, la controversial pluma del creador de Por estas calles hace uso de su peculiar interés por los personajes que “casi lo logran” y desarrolla la novela de un mambo y de una traición.
O, como él prefiere llamarla, “la historia de una canción que nunca pudo ser grabada”.
Esta tercera novela de Ibsen Martínez (El mono aullador de los manglares, 2000; y El señor Marx no está en casa, 2009) se nutre de imágenes de extraordinario atractivo para el lector de literatura de ficción, tanto para el aficionado a la prosa periodística de Martínez, y para el melómano adicto a los géneros afroantillanos como el mambo big band y la salsa “cabilla”.
Funge también como un reportaje del mundo de la televisión y de la Venezuela de los años 80 y 90, que el 27 de enero de 1989 vivió el estallido del Caracazo. Es, además, un agudo vistazo crítico a los primeros días del segundo gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Es, en definitiva, una genuina fiesta del lenguaje en un texto excitantemente contemporáneo, que en octubre transmutará a un musical homónimo que cobrará vida con un elenco de primera en el Teatro de Chacao.
PS: En el siguiente enlace puedes escuchar y descargar el demo musical del tema que da nombre a la novela, el mambo Simpatía por King Kong. Letra y música del propio Ibsen Martínez con arreglos del maestro Pedro Mauricio González.
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