1.12.10

EL PALESTINO


El nacimiento: tras estudiar árabe, convertirse al Islam y crearse una nueva identidad en Yinín (Palestina), Salas —ya Muhammad Abdallah— sufrirá en carne propia la persecución islamófobica que azota Occidente tras el 11-S y los atentados de Londres y Madrid, vivirá desde dentro la crisis de las caricaturas del profeta Mahoma y las críticas hacia el uso del hiyab.

La educación: ya integrado en la Umma, es adiestrado en la lucha armada en los mismos campos de entrenamiento de Venezuela donde los terroristas vascos, la guerrilla colombiana o los muyahidín aprendieron a matar.

La madurez: ETA, Hizbullah, FARC... Durante los últimos seis años, Antonio Salas ha tenido la oportunidad de conocer, convivir y entrevistar a algunos de los más conocidos terroristas internacionales: el Chacal (del que llegará a ser webmaster y mano derecha), Arturo Cubillas, Leyla Khaled,... Se ha empapado de su entorno, ha visitado los pueblos donde nacieron, los ha comprendido, ha intimado con ellos...

Las respuestas: a lo largo de esta infiltración, Antonio Salas ha visto tambalearse muchas de las informaciones que daba por ciertas. De Isla Margarita a Caracas y la frontera colombo-venezolana, siguió la pista de los supuestos lazos entre Hugo Chávez y el terrorismo de ETA, las FARC y Al Qaeda… y comprobó que no todos eran ciertos.

Desde las modernas ciudades europeas a los áridos desiertos africanos o el Próximo Oriente, pasando por las selvas de América Latina, Antonio Salas traza la anatomía del terrorismo internacional. Un libro valiente, una investigación exhaustiva, unas revolucionarias conclusiones.

Antonio Salas ha relatado el gran trabajo de investigación previo que realizó para poder entrar en contacto e infiltrarse en las líneas del terrorismo yihadista. Asistió a cursos sobre terrorismo islámico y de árabe en los que ha afirmado que coincidió con miembros de las fuerzas de seguridad occidentales que necesitaban formarse en el tema para llevar a cabo las investigaciones de atentados como el de Londres.

En estos cursos fue donde se dio cuenta que el acento siempre le delataría. “El acento se mantiene al hablar árabe y por eso renuncié a hacerme pasar por árabe y busqué orígenes latinos en Venezuela”.

Además, entre 2006 y 2008 fue testigo del acercamiento del presidente venezolano Hugo Chávez al mundo árabe y se integró en la facción venezolana de Hizbulá, donde conoció a miembros de otros grupos terroristas como Hamas, las FARC o ETA.

Antonio Salas no cree que la comunidad islámica se pueda sentir ofendida por su investigación sino agradecida, ya que Salas considera que esta comunidad es la más perjudicada por el terrorismo yihadista. Con este trabajo el periodista ha despejado los prejuicios que como a casi todo el mundo le llevaban a pensar que todos los árabes son musulmanes y viceversa y que todos los árabes son terroristas.

En cuanto al debate sobre los límites éticos del periodismo de investigación que seguramente se abra tras la publicación de su libro, el escritor asegura que no va a defenderse. “No he sobrepasado ningún límite ético. Siempre insistieron que no participase en ninguna actividad delictiva porque era más importante como miembro legal”.

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